La Fundación Marjal y el Ayuntamiento de Guardamar recuperarán los restos arqueológicos de la Rábita Califal.
La alcaldesa, Carmen Verdú, y el presidente de la Fundación Marjal, Francisco Gómez, firman un convenio para consolidar el yacimiento de época islámica.
29 de julio de 2011. La Fundación Marjal y el Ayuntamiento de Guardamar del Segura han firmado un convenio de colaboración que permitirá la consolidación de los restos arqueológicos de la Rábita Califal, un conjunto religioso de época islámica fechado entre los siglos X y XI después de Cristo. El acuerdo contempla la financiación de las obras de recuperación del yacimiento, cuyos restos han quedado expuestos a las inclemencias del tiempo sin ningún tipo de protección y que se han ido deteriorando con el paso de los años.
La alcaldesa de Guardamar, Carmen Verdú, ha explicado que “la firma de este convenio supone un primer paso en la política de colaboración que pretendemos desarrollar desde el Ayuntamiento con todas las empresas del municipio. La Fundación Marjal supone, en este sentido, un ejemplo de colaboración con el Ayuntamiento ayudando en la conservación de nuestro patrimonio arqueológico”. Por su parte, el presidente de la Fundación Marjal, Francisco Gómez, ha señalado que “es un honor para la fundación del Grupo Marjal, con sede en Guardamar del Segura, colaborar en la consolidación de este importante yacimiento arqueológico. No en vano, uno de de nuestros objetivos principales es promover la conservación del patrimonio en nuestro entorno”.´
La Rábita Califal de las dunas de Guardamar es un monasterio hispano-musulmán formado por un complejo arquitectónico compuesto por tres cuerpos separados por dos calles o espacios abiertos que articulan todo el conjunto. En el interior de este cenobio una comunidad de musulmanes dedicaba su vida al retiro espiritual, desde su fundación a finales del siglo IX hasta su abandono a mitad del siglo XI después de Cristo. El conjunto religioso ha permanecido cubierto por las dunas desde su abandono, lo que ha determinado su excepcional estado de conservación, dado el carácter conservante de las dunas.
Sin embargo, una vez al descubierto, el yacimiento ha estado expuesto a todas las agresiones medioambientales que se generan en el entorno. Algunos de dichos impactos sobre el yacimiento se paliaron a partir de 1985 mediante varios trabajos de consolidación y de protección elementales que culminaron en 1996 con una importante actuación de restauración sobre el conjunto a cargo del Ministerio de Cultura. Sin embargo, desde entonces no se ha realizado ninguna intervención posterior sobre los restos, salvo pequeñas tareas de desbroce y fijación del talud arenoso septentrional con cubierta vegetal, a cargo del servicio de jardinería municipal del Ayuntamiento de Guardamar.
La Rábita Califal fue declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, en el año 1990. Además, forma parte del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Guardamar, como un Bien de Interés Histórico-Artístico y Arqueológico.
Durante los últimos diez años, la falta de labores básicas de mantenimiento en La Rábita ha generado un estado de conservación con bastantes deficiencias, que se agrava a menudo en situaciones de adversidad climatológica. De hecho, como consecuencia de las cuantiosas lluvias caídas durante el pasado periodo invernal se ha producido el desmoronamiento de algunos paramentos, así como una serie de desperfectos que afectan gravemente al estado de conservación de algunas de las estructuras murarías de la Rábita Califal.
La Fundación Marjal, entidad que canaliza todas las acciones de Responsabilidad Social Corporativa del Grupo Marjal, confía en que la firma del convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Guardamar del Segura permita la recuperación de este valioso yacimiento arqueológico.
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