Fundación Marjal

A Gambia se le conoce como el país de la sonrisa. Se trata del país más pequeño del continente africano pero su gente siempre alegre y risueña a pesar de las dificultades a las cuales se han de enfrentar a diario consigue hacer de él un gran país.

La mayor parte de la población subsiste gracias a la pesca, agricultura y ganadería. Su gran arteria, el Rio Gambia, divide al país en dos y proporciona un suelo apto para el cultivo pero sus habitantes se encuentran normalmente sin medios suficientes para poder trabajarlo adecuadamente. Con una esperanza de vida de 54 años, una tasa de paro que supera el 50% y un promedio de más de 5 hijos por mujer, la vida allí es una dura lucha diaria. Por este motivo una vez más la Fundación Marjal se ha implicado colaborando con una organización local y proporcionando medios que han mejorado la calidad de vida en uno de los poblados del país.

En agosto de 2012 una representante de la Fundación Marjal fue la encargada de visitar los proyectos de la ONG Save The Gambian Orphans en el poblado de Jirong y de coordinar las necesidades reales de la población con los trabajos en funcionamiento de la organización gambiana.

Tras un exhaustivo estudio de la situación, la actuación se centró en los proyectos de agricultura y pesca que trabajan en el desarrollo social y económico de las familias instaladas en este poblado ayudando a proporcionarles un medio de subsistencia a largo plazo que les permita prosperar y no verse obligados a emigrar. La comunidad recibió por tanto:

Para el campo: 1kg de semillas de cebollas, 1kg de semillas de calabazas, 15.000 semillas de pimientos, 10.000 semillas de tomates, 2.000 semillas de melón y 1.000 semillas de sandía, todas ellas adecuadas para el clima de la zona.

Para la pesca: Un conjunto de redes, cuerdas y aparatajes varios para la pesca de diversos tipos de peces presentes en el río Gambia.

La entrega de la donación fue una gran fiesta, los allí presentes nos lo agradecieron hasta el mismo día de nuestra partida y de inmediato pasamos a formar parte de esa maravillosa y gran familia. Disfrutamos de unos fabulosos día de pesca en compañía del joven capitán y sus ayudantes que orgullosos nos enseñaban la técnica manejando sus nuevas redes, participamos también en un día de siembra en los campos y pudimos experimentar en nuestra propia piel lo duros que son estos trabajos pero que ellos realizan con su imborrable sonrisa dedicada esta vez a la Fundación Marjal.